sábado, 22 de enero de 2022

     

   

LA VOZ QUE SIEMPRE QUISE – 26 –

 

Tengo en la mano un Dios que  muere y nace cada plenilunio,

que vive y dibuja  entre los silencios  gritos de colores,

tarde de alegrías y  tristezas cuando el día muere,

y se va perdiendo la luz al nacer los sueños.

 

Tengo en mi voz  la cuesta invisible de una voz oculta,

de un alma viajera, que vive donde nadie quiere,

que muere donde nadie espera.

 

Es esa voz loca como los preludios huérfanos de ideas

que se van perdiendo sin dejar la huella sobre los caminos,

sin mostrar razones entre los racimos de horas perdidas,

entre acantilados donde la vergüenza  confunde el perdón

con las ilusiones de un mundo pequeño detrás de una máscara,

delante de un ceño de rabia y vacíos acunando el frio que da el abandono.

 

Ahora, viven  lejos esas voces solo en el recuerdo,

Aunque   me hacen daño recordar la ausencia,

esa parsimonia desde haber nacido

hasta hacerte un hombre en la soledad

cubriéndote el tiempo, buscando verdades,

ternura en las manos, deseando un beso

perdido entre hermanos que sumaban días como en un rebaño.

 

El miedo al futuro, esa oscuridad al ¿Qué será de mí si me quedo solo

antes de ser hombre sin saber amar, de morirme antes de hacer el amor?

de serme sin hijos  en la despedida, reclinar mi historia en la soledad

y esa oscuridad tétrica, helada, de un pobre epitafio deseado antes

para darle luz a las alegrías, tapando la boca a las ironías,

abrazando al fin toda libertad.

 

Chema Muñoz ©

 

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miércoles, 19 de enero de 2022

 

LA VOZ QUE SIEMPRE QUISE 25

 

   A veces esa voz la escucho en sueños,

   me trae y lleva como  ermitaño

   por la abisal profundidad de nuestros mares,

   venciendo al alma ese trajín al que poetas

   los que se fueron a ese otro plano, los que ya muertos

   me traen y llevan por ilusiones,

   por el  silencio de un sueño amargo.

 

   No es mi voz, es la de ellos y no es esa la voz que quiero,

   ni son mis tiempos, ni mis tristezas, ni los amores que me interesan,

   mi voz, quiero que sea como infinita, inolvidable por quien la escuche,

   que se dibuje en los deseos.

 

   Fueron las suyas voces de adioses y de abandono,

   sin un mañana, fuera del cuerpo en horizontes de vertederos,

   solo arropadas de soledades, de odios internos hacia un futuro

   de hambre y harapos  con la cordura de una serpiente

   envenenada como mucosa  que da la piel, la de los sapos.

 

   Y leo a veces un alfabeto incomprensible, donde sonríen y dan la espalda

   como los gatos de madrugada, caen a pedazos llantos y noes 

   en las lagunas que crean los ecos de la palabra y las plazuelas

   son las salidas como ventanas, viajar despacio a hombros del viento

   como una sombra la de esa voz que siempre quise fugaz, enorme, ilusionada,

   que asciende a cielos tan trasparentes como promesas  que van al agua.

 

Chema Muñoz ©  

lunes, 17 de enero de 2022

 

LA VOZ QUE SIEMPRE QUISE 24

 

Es esa voz que ruge y hace temblar a onerosos

y enardecer de paz a los que  mecen el  silencio,

es esa voz que arrincona el desprecio por aquellas enseñanzas

del consejo de ancianos, es esa voz de los que son

como siempre han sido aquellos principios naturales,

el aliento a los  más débiles, los aplausos a los que dan

sin animo de recibir  ni exigir prebendas, ni obsequios,

porque en ellos germina la semilla de la valiente libertad

sin  daño alguno, sin que la soledad haga mella en ellos,

porque está en ellos siempre la misma naturaleza del bien.

 

La voz que he de querer siempre sobresale de despojos y cenizas,

no concibe el no por egoísmo, ni el sí por latrocinio,

ni el coraje equívoco de cosechas ni prebendas de otros,

ni ahogar la sonrisa de familias enteras, ni esconder bajo esteras

lo sucio de sus hábitos mancillando esperanzas de ninguna raza.

 

No busques  nunca mi voz  entre ofensas ni entre umbrales de la muerte,

ni entre el abandono de honores perdidos por los felones

que debieran ser echados como cobardes traidores por todas sus felonías,


Siempre quise  voz sublime como la voz de la vida sin las injurias perversas

que se visten de mentiras, que cortan como guadañas de la infancia la sonrisa.

 

Quise siempre voz con la calma del calor humano, la del adiós cristalino,

la que da emoción y calma, esa voz entre montañas con la cordura de ser

ser humano y no alimaña.

 

Chema Muñoz©

 

LA VOZ QUE SIEMPRE QUISE 23

 

La voz que siempre quise,

me ha llevado casi siempre al umbral de los sentidos,

desde aquellas sensaciones que se tiene cuando niño,

unas de naturaleza limpia como el agua de los ríos,

otras  gestándose monstruos, delirios a lomos de los caminos

que se inventan si te patea  la muerte, por las lunas,

por la suerte de resultar vivo un día en luchas de libertad.

 

Pero hemos de esperar a crecer como un almendro,

florecer como los juncos espigándose  en la altura,

con la piel de los quebrachos apretándose los labios

en esos besos al sol que amanecen a horizontes.

 

Es lento, muy lento caminar por las riberas

viendo  la espuma en sus olas y sintiéndose el temor

del rugir bajo las aguas, bebiéndose los aromas

que  duermen en la memoria.

 

La voz que siempre quise,

se la llevan las respuestas al sentir cerrar las puertas

confundiendo las verdades, las sombras de las laderas,

y el hambre de las caderas que empiezas a vislumbrar

cuando se va la niñez y te viene ese vacío  que se dibuja en la carne,

que se derrama en los sueños y  que se pierde  en la seda

que te abraza cuando duermes.

 

La voz que siempre  quise,

es la voz  adolescente inventada en la esperanza

ocultando los misterios, descubriendo en senectud

no haber cambiado en el tiempo, seguir siendo  viejo y niño

un poeta mentiroso dibujándome solsticios donde poder dormitar

bajo un mármol del olimpo.

 

Chema Muñoz©


jueves, 6 de enero de 2022

Siempre He Vivido

 SIEMPRE HE VIVIDO-

YO QUE SIEMPRE HE VIVIDO
COMO PERRO ESCONDIDO
QUE COMÍA DE TI  UNA VEZ POR SEMANA
NO SABÍA MUY BIEN SI DENTRO DE LA CAMA
O SI POR FUERA O POR DENTRO
DE AQUEL MONTE DE VENUS
ENTRE PECHOS DE DIOSA A LA LUZ DE LUNA
EN LAS HORAS MENGUANTES DE UNA BOCA MENUDA
YO NO SE DONDE ESTUVE ESCONDIDO ESTOS AÑOS
COMO  MONJE ERMITAÑO  ESPERANDO UNA CARTA,
UNA VOZ QUE  SE OYERA POR LAS NUBES QUE CUBREN
AQUELLA CARRETERA.

QUE VOLARA LA FALDA EMPUJADA POR VIENTOS
ESOS HURACANADOS QUE SALÍAN DE MIS VENAS
YO NO SE COMO CABEN  MIL VIDAS
DENTRO DE UNA MALETA
Y NO SE QUE PUÑETA HE PERDIDO
POR HABERME TENIDO O POR MIEDO ESCONDIDO
 DETRÁS   DE TU CARPETA.

UNO NUNCA IMAGINA EL PODER DE PALOMAS
CONTRA EL DE LAS CONCHAS
CUANDO TE ATACA EL HAMBRE
POR BEBER DE UNOS BESOS,
LOS DE AQUELLA SIRENA DEL ASFALTO DEL PUEBLO
EN UN BANCO DEL PARQUE A LAS TRES DE LA TARDE
OYENDO LA LLAMADA  DE LA NATURALEZA
Y PEGÁNDOTE EL PEGO POR TODAS ESAS  PARTES
SENTADAS FRENTE AL  SOL.

MALDITA JUVENTUD SIEMPRE CON LA CABEZA
DENTRO DE UN AGUJERO, MALDITA JUVENTUD
JUNTO A LOS PENSAMIENTOS EN LA TESTUZ DE UN LOCO
DE UN LOCO POR DINERO POR DINERO
POR TODAS LAS LLANURAS  CON LA CABEZA ENTERA
DENTRO DE UN AGUJERO  COMO EL DE  UN AVESTRUZ

YO QUE SIEMPRE HE VIVIDO COMO PERRO ESCONDIDO
METIENDO LA CABEZA EN UN MONTE DE VENUS
DENTRO DE UN AGUJERO COMO UN AVESTRUZ
Y COMÍA DE TI UNA VEZ POR SEMANA.

CHEMA MUÑOZ©

 

 

 

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lunes, 3 de enero de 2022

LA VOZ QUE SIEMPRE QUISE 22

 

LA VOZ QUE SIEMPRE QUISE 22

 

Esta voz  que quise siempre es como de caña húmeda,

no necesita de gritos, tan solo de la corona que da el palmito

de la razón, que la sinrazón se extiende como la lepra en el alma,

y resuena en corredores ocultos y salta todos los muros

y derriba las murallas arrasando serafines y devorando la paz.

 

Esta voz  que quise siempre es como el llanto de un niño

cuando se aferra a la madre para obtener su crianza,

no como muchos se creen, dejar secos los sembrados,

alejándolos de ti  para llenarse la panza.

 

Me sirve la voz que quiero para hablar de libertad,

para alejar de la infamia, del odio, de la maldad

todo aquello que se acerca so pretexto de adorar

el engaño y la miseria que te quieren regalar aquellos

que con sus gritos atraen caballos de sangre,

encerrándote en infiernos no para abrirte a los cielos.

 

La voz que siempre quise es como esos caballos blancos

recubiertos con el aire  y ese azul nube blandiendo

las crines con que abanican  las espumas de los vientos

ondeando cual bandera el final de las desgracias,

el sabor de las almendras, el sonido de las fraguas

 y el crotoreo de cigüeñas.

 

La voz que siempre quise la escucho al amanecer

cuando me miras despacio como cuando me acaricias,

solo por ver erizárseme los vellos, la luz que como farolas

se me agolpa entre los ojos y te cubre la mirada,

como de seda la capa cuando  duermo en el desierto

que me imagino contigo, cuando te siento el aliento

tu boca junto a la mía yo soñándote en tus ojos,

mientras tus ojos durmiendo,

 

Chema muñoz©